Etimología: el nombre genérico proviene del latín verbena, -ae, usualmente utilizado en plural y que designaba a ramilletes de plantas sagradas que llevaban los sacerdotes en los sacrificios y ceremonias religiosas. El epíteto específico proviene del latín offcina, -ae (=laboratorio en la Edad Media) y se aplica a plantas que eran utilizadas como medicinales, en herboristería, licorería, perfumería y similares.
Hábitat: herbazales en suelos hidromorfos, acequias, juncales ruderal, bordes de caminos, campos de cultivo, terrenos baldíos.
Distribución: Europa, Asia y N de África. Casi toda la Península Ibérica e Islas Baleares. En nuestra Región está extendida.
Floracion: de mayo a noviembre
Usos tradicionales: esta planta, poco llamativa, tiene sin embargo una larga tradición entre las hierbas mágicas: es una de las míticas plantas sanjuaneras, es decir, que florece en torno a la fecha de San Juan, al igual que el hipérico y el cantueso. Es una hierba sagrada usada en las ceremonias de los pueblos antiguos (los druidas celtas la equiparaban con el muérdago) , siendo una de las doce plantas mágicas de los Rosacrues (legendaria orden secreta de la Edad Media). Se le reconocían grandes poderes para alejar la mala suerte, alejar los malos espíritus y para conseguir el amor. Su nombre gallego, "herba dos ensalmos", testimonia estos usos. Según la tradición, su máximo poder mágico lo tiene en la Noche de San Juan, debiendo ser recogida justo a las 12 de la noche. Su nombre ha dado origen a la designación de las veladas de regocijo popular celebradas en la víspera de ciertas festividades, por ser costumbre acudir al baile de dichas veladas con un ramito de verbena en la solapa. Como medicinal, se ha utilizado como diurética, carminativa, desestresante, estimulante suave, y como repelente de insectos.
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